CUALIDADES DEL ABSURDO: El Capitalismo ya no es un sistema que oprime superficialmente a los seres humanos sustancialmente distintos del sistema en sí, sino que es el modo de reproducción de sujetos que ven al mundo como un único medio para alcanzar sus intereses. Si el Capitalismo es una cultura de la muerte no menos que una cultura de la búsqueda del beneficio, no se salvan de esta condición quienes deberían o podrían oponerse a este sistema. El fetichismo es el secreto fundamental de la modernidad, lo que no se dice ni se debe revelar. La victoria del parecer sobre el ser donde la imagen sustituye a la realidad. El proceso de abstracción devorando a la sociedad entera, asesinándola. Cuanto más la mercancía se apodera del control de todo tanto más va minando los cimientos de su propia estructura, incontrolable, inmanente, repitiéndose a sí misma. Nuestro tiempo es un espacio funcional secundario al servicio del consumo permanente. Un modo absurdo de producción y de vida, contradicción subjetiva que se presenta como lo único existente. Convertir el sacrificio del tiempo en una normal medida de existencia. Mercancía, dinero, capital, salario: fetiches del derecho y del Estado. Cualquier forma de pensamiento sometida a los parámetros mercantiles ha sido obviamente dogmatizada por el dinero. Nuestro pragmatismo ha de escapar entonces de someter la sensibilidad, la sociedad y la ciencia a un valor asignado por una máquina que se regula a sí misma. Debe escapar y rebelarse contra el valor de la vida, del alimento, de la subsistencia. QUALITIES OF THE ABSURD: Capitalism is no longer a system that superficially oppresses human beings that are substantially different from the system itself, but is the mode of reproduction of subjects who see the world as the only means to achieve their interests. If Capitalism is a culture of death no less than a culture of the search for profit, those who should or could oppose this system are not saved from this condition. Fetishism is the fundamental secret of modernity, what is not said or should be revealed. The victory of seeming over being where the image replaces reality. The abstraction process devouring the entire society, killing it. The more the merchandise seizes control of everything, the more it undermines the foundations of its own structure, uncontrollable, immanent, repeating itself. Our time is a secondary functional space at the service of permanent consumption. An absurd way of production and life, a subjective contradiction that is presented as the only thing that exists. Convert the sacrifice of time into a normal measure of existence. Merchandise, money, capital, salary: fetishes of law and the State. Any form of thought subjected to commercial parameters has obviously been dogmatized by money. Our pragmatism must then escape submitting sensitivity, society and science to a value assigned by a machine that regulates itself. He must escape and rebel against the value of life, of food, of subsistence.